Cuando se vino la noche
y mis ojos ciegos recibieron el milagro
ellas mis pobres pupilas se agrandaron
al divisar engaños escritos en el oscuro firmamento...
Cuando mi dulce y tierno corcel
recibió mi cuerpo destrozado
sin saber que hacer ni a donde marchar
sus pasos lentos ,fuertes buscaban mi salvación...
¡Oh, mi señor! si el hombre tuviera
el corazón de un fiel alazán,
no habría doncellas tristes, desoladas
gimiendo por ultrajes crueles, sin razón...
...Y perdida en las tinieblas de mi vida,
solo la melancolía a mi lado
no se apartan de mis pensamientos
las palabras inventadas de un distante amor marchito...
Alas azules