Yo recuerdo
mis instantes cuando la muerte
venia lentamente... silenciosa
con los brazos extendidos
como madre a hija...
¡Sí!una madre que cuida su retoño
como quien obedece una orden
en lugar de tomar su niño...
toma a quien está a su lado...
Y se lo lleva en un abrir y cerrar de ojos
a vivir en la eternidad
dejándome parada ahí, estatua que le falta
sangre y aire.
No te das cuenta osamenta sin carne
te apoderaste de mi vida
al arrebatarte la suya
¡llévame te ruego desde mi alma!
Mira mis dedos inertes
acariciando la nada que me acompaña
deshabitado mi cuerpo
ciegos mis ojos, taciturna mi mente.
...Un sendero de mariposas negras,
marca mis deseos de caminar
sin rumbo final, sin ilusión
utopía de una desolada fémina apenas viva.
Alas azules
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