Escribiendote

Todas las noches me mira con ojos nuevos. Curiosos. Solitarios. Ojos que anuncian tormentas. Urgentes de horizontes cada vez más lejanos.
Me mira, y me recuerda que queda algo pendiente. Me recuerda que debo escribir una canción, y que no todo son cables, pavimento o átomos caníbales de hidrógeno.

Mientras tanto, sigo con la angustia de querer olvidar dónde está el truco. De no querer ver el hilo negro (si lo hay) detrás de sus alas que tantos cielos y raspones prometen.

Pongo mi cabeza debajo de la regadera, y dejo que el agua se lleve el hartazgo y el aburrimiento. Me visto con su mirada, una vez más. No recuerdo cuándo fue la última vez que tuve ganas de poner en marcha el espíritu...
Salgo con las mismas cicatrices. Camino los mismos caminos. Ignoro a las mismas personas. Y todo parece tan parecido siempre... Sin embargo, sólo yo sé que estos pasos no son los mismos. Que me llevan a un Octubre o tal vez a un Noviembre distinto. Y sólo yo sé que es tiempo de volver a apostar el alma que tenía habitación reservada en alguna clínica de desintoxicación.

Todas las noches me mira con ojos nuevos, y debo estar a la altura de las circunstancias...

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Carlos Cacheux