SEÑOR VERDAD
Quise ser su ángel y me gritó demonio
de palabras dulces a hirientes pactos
condenada, perversa, detestable
sus labios santos se manchan al nombrarme.
Juez y señor de mis actos fué
mientras me arrastraba como serpiente cansada
abrazada a sus piernas cumpliendo mandatos
desvastada mi mirada sin luz.
Belcebú soy sí, Señor Verdad
maldad personificada inventada por usted
quiso envolverme su mirada de niño triste
casi lo logra cuando me entregué a sus maniobras.
Y estoy aqúi sentada frente a sus insultos
golpes disparatados caen en mi rostro
no me conoce, sólo imagina
riendo al verme ¡pobre insulsa!...¡suelta la soga!.
CAROLINA
No hay comentarios:
Publicar un comentario